Lo que llamamos 'Tao', 'Dios', 'epiritualidad' o 'verdad' no puede ser captado por el lenguaje, percibido con los sentidos ni contenido en la mente.
Sin embargo, está dentro de nosotros y de todas las cosas.
Esa paradoja nos puede hacer sentir incómodos, por nuestro deseo de describir, sentir y conocer la verdad.
La verdad existe, antes de que existiera el mundo.
Crea, pero no es creada. Es un manantial que nunca se seca y que fluye de una fuente que ninguno de nosotros puede imaginar. Y sin embargo, podemos beber y nutrirnos de ella...
E. Thomas Bher